Para esta
tierra mágica que es Venezuela, cada asueto es una bendición. Las familias
salen, se reúnen, se multiplican y se reencuentran con su esencia, con sus raíces.
Descubren nuevos rumbos y sacian sus anhelos de aventura. Una de esas aventuras me recuerda las Quesadillas de Corozopando.
En mi
familia tenemos la bendición de contar entre nosotros, con un rincón bien amado del
llano guariqueño que lleva por nombre “Medanito”. Muchas de las horas más
felices de mi niñez, adolescencia y juventud los he pasado ahí. Aun cuando hoy
día vamos y muchas veces es menos lo que dormimos que lo que sí, uno se recarga
de la buena energía que emana de los esteros, del llano infinito, del sol
radiante de cada día y de los aguaceros que caen repentinos y de inmediato se
van.
Las
noches estrelladas más hermosas las hemos contemplado en ese lugar. A la luz de
la luna, arrullados por los sonidos del campo. Con una briza fresca que más que
refrescar el cuerpo alienta el alma. Hoy, escribiendo estas líneas, siento
profundo agradecimiento por haber estado ahí.
Despidiendo la tarde con el sol de los venaos! |
Pero
más allá de la inspiración, este momento viene a mi memoria las horas
interminables de juegos y bromas entre amigos y familia. Una de las miles de anécdotas
que recuerdo como si fuera ayer, es que en el caney del Hato, entre chinchorro y
chinchorro, los mayores improvisaron la magna obra de la ingeniería del ocio: un “teleférico” que recorría todo el largo
del sitio para poder compartir bebidas sin abandonar la comodidad de su
descanso. La cabuya apareció de la nada y el funicular para los vasos eran las
latas grandes de aceite de CORPOVEN, muy bien lavadas ellas para tal fin. Tío
Pedro, Alfonso, José, Vicentico, Leonardo, Stanley, Joseito, Chucho Gutiérrez,
mi papá, y la gran cantidad de amigos que cada Carnavales o Semana Santa nos
acompañaban gozaban un montón. Nosotros, Alfoncito, Nelsito, Geoanley, Leito, Roselyn
y sus hermanas, Pérez, Disneyber, Marquitos, Sara, Carmen y yo, pandilla inseparable, también.
Un poco de ingeniería en pro del ocio... |
El caney y sus chinchorros |
Mi tía
Negra, experta en organización planificaba y planifica la comida de cada día, y
con ayuda de todas las maravillosas mujeres, mi mamá, Nelly, Zobeida hacían de
la estancia un suculento momento para vivir y recordar.
Tia Negra supervisando que todo quede rico |
Organizábamos
elecciones de reina y rey, noche de disfraces, carreras de saco, concursos de baile, carreras de
caballo, jornadas de galapagueo, y al final, un concurso de recolección de
desechos para que el espacio al que llegamos, quedase tan hermoso como cuando
arribamos a él.
Medanito
está a pocos minutos de Corozopando, un sitio sencillo del que se conocen unas
riquísimas tortas que llamamos Quesadillas, famosas hoy por todo el territorio
nacional. En honor a los ricos momentos vividos en Medanito y a las manos
prodigiosas de quienes preparan las ricas Quesadillas, hoy comparto su receta
con Ustedes. Buen provecho!
QUESADILLAS
Imagen de: saboresvenezolanos.blogspot.com |
INGREDIENTES:
Masa:
½ papelón.
1 kg de harina de trigo.
4 Huevos.
2 cdtas. De polvo de hornear.
1 cdta. De esencia de vainilla.
2 tzas. De agua.
1 cdta. De canela en polvo.
Relleno:
1 lata de leche condensada.
¼ kg de queso llanero duro.
1 cda. De mantequilla.
PREPARACIÓN:
- Coloca en el fuego el papelón con el agua hasta
que espese.
- Retira del fuego y déjalo enfriar.
- Añádele canela y la esencia de vainilla.
-
Une la harina con el polvo de hornear.
-
Añade lentamente al melado de papelón el huevo y
la harina alternadamente.
-
Cuando la masa tenga consistencia colócala en una
tabla o superficie plana.
-
Extiéndela con un rodillo hasta que tenga un
espesor de ½ centímetro.
-
Con el borde de un vaso corta circulitos de masa.
-
Espolvoreándote los dedos con harina dale forma de
faralado a las orillas.
-
Coloca en un molde enmantequillado las quesadillas
separadas y resérvalas.
-
Ralla el queso, añádele la leche condensada y la
mantequilla.
-
Con esta mezcla rellena las quesadillas que tienes
en el molde.
-
Introdúcelas en el horno a 330°F durante 10
minutos.
Los recuerdos vinieron a mí como una película, vi las noches estrelladas, la luz de la luna llena, la enorme mata de mango y esos momentos q jamás se borraran de mi mente... Las lágrimas se apoderaron de mi...
ResponderBorrarLos recuerdos vinieron a mí como una película, vi las noches estrelladas, la luz de la luna llena, la enorme mata de mango y esos momentos q jamás se borraran de mi mente... Las lágrimas se apoderaron de mi...
ResponderBorrarGracias por haber compartido conmigo parte de esta historia. Recordando esos momentos seguimos estando juntas. Un abrazo!
BorrarLo máximo,días de una infancia inocente, alegre, divertida dias que esperábamos con gran ansia para reencontrarnos ver los disfraces o escuchar las historias de la sayona la llorona; faltaron los morochos melendez, tiempos más recientes Oxdioni y el primo del super bloque.....
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