Sancocho de Gallina. La vida misma es la mejor fuente de inspiración para la reflexión en estos tiempos. El viernes pasado, ante la inexistencia de gas doméstico para cocinar y de servicio de electricidad para la hornilla eléctrica, en casa, como en miles de hogares venezolanos, y lamentablemente también, del mundo, recurrimos a improvisar un fogón para culminar el almuerzo que había quedado a medio camino:
_Busca la parrillera, los fósforos.
_Cuidado con la llama, que no
se apague. Voy con la olla…
Y así, todo un suceso por aquello que, sin ser elección, era menester.
¡Comimos! y llegó la luz.