Ponqué con limón. Dicen que nada es eterno en la vida, y que
las penas tampoco lo son. En este tiempo, un minúsculo virus puso patas arriba
todo lo que hemos sido y construido durante décadas, y a muchos se les ha
venido el mundo abajo costándole un montón levantarse nuevamente. Es que
reinventar tu vida es rudo, porque no solo debes cambiar el hacer, también
debes cambiar el Ser.
En
este tiempo de metamorfosis, todo aquel que ha acudido a sus grupos de apoyo lo
han tenido un poco más fácil que los que han decidido permanecer solos. Dicen
los que saben, que hemos iniciado hace algún tiempo, la época del colectivo…en
fin, ellos sabrán por qué lo dicen, pero si observamos a nuestro alrededor,
veremos que todo va del trabajo en equipo.
Si has visitado antes este blog, te habrás dado cuenta que surge como una forma de reencontrarme con mi historia, e invitar a otros a que se encuentren con la suya. Tal vez esas historias que desconocemos u olvidamos de nuestras vidas, pueden ayudar a desenmarañar nuestro presente y convertirlas en acciones futuras que pueden aportarnos resultados satisfactorios.